Analizamos Killing Floor 3
Killing Floor 3 te mete de lleno en un futuro distópico, año 2091, donde la corporación Horzine ha soltado una plaga de monstruos bioingenierizados llamados Zeds. Tu eres parte de Nightfall, un grupo rebelde que no está para diplomacias: están para liarse a tiros y salvar lo que queda de humanidad. Desde el primer minuto, el juego te lanza a escenarios que parecen sacados de una pesadilla cyberpunk, con luces de neón, estructuras derruidas y zonas industriales que huelen a peligro.
La jugabilidad es una locura. Ya no es solo correr y disparar como en los viejos tiempos. Ahora puedes deslizarte, trepar, hacer esquivas y moverte como si fueras un soldado con entrenamiento de parkour. El Zed Time sigue presente, pero con un giro: los enemigos se ralentizan, mientras que tu no, lo que te permite hacer ejecuciones que parecen coreografiadas por el equipo de la película de Matrix. Y si consigues romperles la armadura, puedes activar una ejecución especial que los hace explotar en una lluvia de vísceras. Es sencillamente magnifico.
Ahora hablemos de las clases, pues aquí tienen más personalidad que nunca. Hay seis especialistas, cada uno con su estilo, habilidades y armas únicas. Pero lo mejor es que puedes mezclar armas entre clases, así que la libertad es total.
- Foster (Comando): El clásico soldado de asalto. Usa rifles automáticos, granadas de fragmentación y tiene una habilidad para detectar enemigos a través de paredes. Ideal para los que quieren ir al frente y marcar el ritmo.
- Luna (Francotiradora): Precisión absoluta. Usa rifles de largo alcance y tiene una habilidad que potencia el daño crítico. Perfecta para cubrir desde lejos y eliminar amenazas antes de que lleguen.
- Nakata (Ninja): Este es puro cuerpo a cuerpo. Usa espadas, kunais y se mueve como un fantasma. Tiene una habilidad de invisibilidad temporal que te permite flanquear o escapar cuando estás rodeado.
- Obi (Médico): El salvavidas del equipo. Tiene armas que curan a distancia, puede lanzar campos de curación y su habilidad especial revive automáticamente a un compañero caído. Si juegas en equipo "lo cual es completamente recomendable", tener un Obi es clave.
- Firebug (Pirómana): Le gusta ver el mundo arder. Usa lanzallamas, granadas incendiarias y tiene una habilidad que aumenta el daño por fuego. Ideal para controlar zonas y eliminar grupos grandes.
- Engineer (Ingeniero): Una mezcla entre soporte y demoledor. Usa armas sónicas, puede colocar torretas y trampas, y su habilidad especial mejora el daño de todo el equipo en un área. Es el cerebro táctico del grupo.
Cada clase tiene su propio árbol de habilidades, y a medida que subes de nivel, desbloqueas atributos que cambian tu estilo de juego. Por ejemplo, puedes hacer que el Firebug tenga resistencia al fuego o que el Ninja haga más daño por la espalda. Hay muchas combinaciones posibles, y eso le da rejugabilidad a lo bestia con combinaciones realmente locas.
Los niveles son otro punto fuerte. No son solo mapas bonitos, son campos de batalla con personalidad. Hay fábricas abandonadas, laboratorios secretos, estaciones de metro infestadas y hasta una base militar en medio del desierto. Cada uno tiene zonas abiertas para tiroteos épicos y pasillos estrechos donde el combate se vuelve claustrofóbico. Además, hay elementos interactivos como:
- Trampas activables: torretas automáticas, ventiladores gigantes que empujan enemigos, minas ocultas.
- Tirolinas y plataformas móviles: para moverte rápido o escapar cuando estás rodeado.
- Entornos destructibles: puedes romper paredes, abrir rutas nuevas o cerrar accesos para controlar el flujo de enemigos.
Y no te olvides de los jefes finales, que son una locura. Cada mapa tiene uno distinto, y no son solo esponjas de daño. Disponen de distintas fases, ataques especiales, invocan Zeds y te obligan a moverte, coordinarte y usar todo lo que tienes a tu alcance para hacerle frente. Uno de ellos, el Chimera, mezcla partes de varios Zeds y tiene ataques que te cambian la visión, como si estuvieras bajo sustancias alucinógenas. Otro, la Queen Crawler, se mueve por los techos y lanza veneno que te obliga a cambiar de posición constantemente.
En cuanto al rendimiento en Xbox, va bastante bien. Los gráficos están muy cuidados, con efectos de luz y partículas que hacen que cada explosión se sienta como una fiesta de sangre. El sonido es envolvente, y el control con mando está bien ajustado. Hay algunas armas que requieren precisión milimétrica, pero con práctica se dominan. Y sí, tiene cross-play, así que puedes jugar con gente de PC o PS5 sin problema o lo que es lo mismo a mas gente mas locura y por supuesto, mas diversión.
En resumen, Killing Floor 3 es una experiencia intensa, sangrienta y cooperativa que te engancha desde el primer disparo. Las clases están bien diferenciadas, los niveles tienen vida propia, y el combate es tan frenético que cuando terminas una partida, necesitas un respiro, un masaje, un Valium… o una segunda ronda. Si te gusta el caos organizado, este juego es para ti.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: