Welcome to Basingstoke: el roguelike que te lanza una grapadora y te desea suerte

Welcome to Basingstoke es como si te tiraran en medio de una invasión alienígena con una tostadora y te dijeran: “¡Suerte, campeón!”

Este juego es un roguelike con alma de comedia negra y corazón de caos absoluto. Te despiertas en una ciudad británica que parece haber sido tomada por aliens con muy mala leche, y tu misión es escapar. Fácil, ¿no? Pues no. Aquí no hay armas de fuego, ni superpoderes, ni tutoriales que te den abrazos. Solo tienes tu ingenio, objetos improvisados y una muerte instantánea si te tocan. Literalmente: te rozan y estás out. Es como jugar al escondite con criaturas que te quieren convertir en puré humano.

Lo que hace especial a Welcome to Basingstoke es que se toma su ambientación con una mezcla de cariño y sarcasmo. La ciudad está basada en un lugar real, pero con detalles que parecen sacados de una pesadilla burocrática. Hay estaciones de metro donde no debería haberlas, pubs que existen y otros que son inventados, y señales que te hacen dudar si los desarrolladores estaban troleando o simplemente muy enamorados del caos urbano. Es como si alguien hubiera mezclado Google Maps con una novela de Lovecraft y luego lo hubiera pixelado todo.

La jugabilidad es una mezcla de sigilo, supervivencia y “¡corre por tu vida!”. Puedes lanzar latas, usar gadgets rarísimos, y tratar de evitar a los zombis y aliens que patrullan cada rincón. El juego no tiene barra de vida, así que cada paso que das es una decisión existencial. ¿Entro en ese edificio oscuro? ¿Lanzo esta trampa casera? ¿Me escondo detrás de ese contenedor que parece tener ojos? Todo es posible, y todo puede salir mal. Pero cuando sale bien… oh, qué satisfacción.

Visualmente, tiene ese estilo retro que no busca ser bonito, sino funcional y con personalidad. Los colores son oscuros, los escenarios claustrofóbicos, y los enemigos tienen ese aire de “te voy a comer el alma” que da gusto. Y aunque el juego puede parecer simple al principio, tiene una profundidad que se va revelando con cada intento fallido. Porque sí, vas a morir. Mucho. Pero cada muerte te enseña algo nuevo, como en los buenos roguelikes.

Además, hay un modo horda para los que quieren dejar de esconderse y empezar a repartir justicia con lo que sea que encuentren. ¿Una sartén? ¿Un extintor? Todo vale. Es como si el juego te dijera: “¿Quieres acción? Pues toma caos.”

En resumen, Welcome to Basingstoke es un juego que no se toma demasiado en serio, pero que te obliga a tomártelo en serio si quieres sobrevivir. Tiene humor, tensión, y ese toque británico de “esto es una locura, pero seguimos adelante”. Si te gustan los juegos donde cada paso puede ser el último, y donde el estilo importa tanto como la estrategia, este es tu billete directo a una ciudad que nunca debiste visitar… pero que no vas a querer abandonar.


Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: