Crime Simulator en Xbox Series X: el máster gamberro del crimen digital con risas incluidas

Crime Simulator es básicamente un curso acelerado de delincuencia con diploma en “hacer el mal con estilo”. La historia no es Shakespeare ni falta que hace: empiezas siendo un don nadie que apenas sabe abrir una puerta sin que se le rompa la ganzúa, y poco a poco vas subiendo en la jerarquía criminal. Es como empezar siendo el chaval que roba chicles en el kiosco y acabar organizando golpes con drones, hackers y colegas que parecen sacados de un casting de “Los Sopranos versión low cost”. El guion es más excusa que otra cosa, pero funciona porque te da esa sensación de progreso y de que cada misión te acerca a convertirte en el capo del barrio.

La ambientación es un festival de clichés criminales que, curiosamente, funcionan. Barrios oscuros con farolas que apenas alumbran, mansiones con cámaras de seguridad que parecen salidas de un catálogo de gadgets, y almacenes donde sabes que algo turbio se cuece. Todo tiene ese aire de “esto huele mal” que te mete en el papel. Los escenarios no son infinitos, pero sí variados: un día estás entrando en una casa con sigilo absoluto y al siguiente estás planeando un atraco con más ruido que una verbena.

Los personajes son un desfile de caricaturas que te hacen sonreír. No esperes un protagonista con la profundidad de un héroe trágico, porque aquí el protagonista eres tú y tus chapuzas. Los secundarios son colegas que te venden herramientas, contactos que parecen más sospechosos que fiables, y facciones criminales que te miran como diciendo “a ver cuánto dura este novato antes de meter la pata”. Y claro, meter la pata es parte del encanto: cuando te pillan, el juego se convierte en una comedia involuntaria.

Las herramientas son el verdadero juguete del asunto. Ganzúas para sentirte ladrón clásico, palancas para el estilo bruto, dispositivos electrónicos para hackear como si fueras un hacker de película, y hasta cachivaches para distraer guardias. Es como un parque temático del crimen, donde cada herramienta abre nuevas posibilidades y te invita a improvisar. La progresión es clara: empiezas con lo básico y acabas con un arsenal que te hace sentir como un MacGyver del delito.

Los gráficos en Xbox Series X cumplen con nota para ser un indie. No es un GTA ni lo pretende, pero la iluminación nocturna, los detalles de las casas y la tensión de las animaciones hacen que te metas en la atmósfera. El sonido es otro puntazo: alarmas que te ponen los pelos de punta, pasos que te hacen sudar frío y una música que mezcla tensión con un aire gamberro, como si el juego te dijera “sí, estás robando, pero relájate, que esto es para pasarlo bien”.

Y aquí viene lo curioso: detrás de todo esto está CookieDev, un estudio polaco que ya había demostrado su talento con Thief Simulator 2. Se nota que han querido ir más allá, metiendo facciones, más variedad de misiones y un sistema que te obliga a pensar cómo quieres crecer en el mundo criminal. La distribución corre a cargo de Ultimate Games SA, que suele apostar por títulos con personalidad propia, esos juegos que no buscan competir con los gigantes, sino ofrecer experiencias distintas y con mucho carácter.

En definitiva, Crime Simulator es como una caja de herramientas para el aspirante a ladrón digital: historia ligera pero efectiva, ambientación que te mete en el papel, personajes pintorescos, escenarios variados, gráficos decentes y sonido que te mantiene en tensión. Es un juego que no pretende ser realista al cien por cien, sino darte la sensación de que el crimen puede ser un juego de estrategia, improvisación y risas nerviosas. Y lo mejor es que, cuando la lías, el juego no te castiga demasiado: se ríe contigo, como diciendo “tranquilo, que aquí todos somos amateurs del crimen”.


Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: