Romancing SaGa -Minstrel Song- Remastered: la locura RPG más libre, rara y maravillosa que ha pisado PS5
Romancing SaGa -Minstrel Song- Remastered International en PlayStation 5 es como ese colega excéntrico que te invita a una fiesta sin darte la dirección, sin decirte quién va, ni qué se celebra, pero te promete que va a ser legendaria. Y vaya que lo es. Este juego, desarrollado y distribuido por Square Enix, es un RPG que se sale de la norma, se ríe de los convencionalismos y te lanza a un mundo tan libre que a veces te sientes más perdido que un pulpo en un garaje. Pero cuando le pillas el truco… madre mía, qué viaje.
Empiezas eligiendo entre ocho personajes, cada uno con su historia, su rollo y sus traumas. No hay protagonista “canon”, aquí todos tienen su momento de gloria. Está el típico caballero honorable, la hechicera misteriosa, el ladrón con más labia que sigilo, el bárbaro que reparte como si no hubiera un mañana, y hasta un trovador que parece salido de un festival medieval con más secretos que canciones. Y lo mejor es que sus historias no son lineales. Tú decides a dónde ir, con quién hablar, qué misiones aceptar, y eso cambia el curso de los acontecimientos. Es como si el juego dijera: “Haz lo que te dé la gana, pero luego no vengas llorando”.
El mundo de Mardias es una pasada. No es solo grande, es vivo. Las ciudades tienen su propia personalidad, los NPCs no están ahí para decirte “hola aventurero”, sino que tienen sus propios dramas, sus propias agendas. Algunos te ayudan, otros te meten en líos, y otros simplemente están ahí para que te preguntes “¿y este qué pinta aquí?”. Hay mazmorras, templos, bosques, desiertos, y cada lugar tiene su propia historia, sus secretos y sus peligros. Y como el juego tiene un sistema de eventos dinámico, lo que hagas en un sitio puede afectar lo que pasa en otro. Es como jugar al dominó con dragones.
La jugabilidad es una mezcla entre estrategia, improvisación y puro instinto. No hay niveles como en otros RPGs. Aquí tus personajes mejoran según lo que hacen. Si usas mucho la espada, te conviertes en un espadachín de élite. Si lanzas hechizos como si fueran caramelos, te vuelves un mago que da miedo. Y el sistema de combos es una delicia: si tus personajes atacan en el orden correcto, se encadenan los golpes y haces que los enemigos se replanteen su vida. Pero ojo, que los enemigos también aprenden. No puedes ir con la misma táctica todo el rato porque te van a pillar.
Las formaciones son otro puntazo. Puedes colocar a tus personajes en distintas posiciones que afectan su defensa, ataque y velocidad. Hay formaciones para atacar como un loco, para resistir como una roca, y para equilibrar todo como un maestro zen. Y cada personaje tiene sus afinidades, sus talentos, sus límites. No puedes poner al mago en primera línea y esperar que aguante como un tanque. Bueno, puedes, pero luego no digas que no te avisé.
Los combates son por turnos, pero con chispa. No son solo de “ataco, me atacan”. Hay que pensar, adaptarse, y sobre todo, disfrutar del espectáculo. Porque los jefes son brutales. Algunos tienen diseños que parecen salidos de una pesadilla épica, otros te sorprenden con ataques que te dejan con cara de “¿pero esto qué es?”. Y cuando los vences, la sensación de triunfo es como ganar una final de Champions en penaltis.
Visualmente, el remaster se nota. No es que te vuele la cabeza con gráficos hiperrealistas, pero se ve bonito, limpio, y con ese toque artístico que le da personalidad. Los modelos están más definidos, las animaciones son más fluidas, y los colores tienen ese brillo que te hace decir “esto es arte”. Y la música… ay, la música. Kenji Ito se lució. Cada tema te mete en la atmósfera, te acompaña en la aventura y te hace sentir que estás viviendo una leyenda. Desde las melodías épicas de batalla hasta los temas más relajados de las ciudades, todo suena a magia.
Y no podemos olvidar al trovador. Ese personaje que aparece de vez en cuando para cantarte la historia, darte pistas, y hacerte sentir que estás en una epopeya. Es como el narrador de un cuento, pero con guitarra y flow. En esta versión internacional, además, se han añadido nuevos idiomas, incluyendo español, francés, alemán e italiano, lo que hace que más gente pueda disfrutarlo sin tener que aprender japonés por amor al arte.
En definitiva, Romancing SaGa -Minstrel Song- Remastered International es un RPG que no te lleva de la mano, te lanza al vacío y te dice “vuela”. Es desafiante, impredecible, y tremendamente gratificante. Square Enix ha rescatado una joya que brilla con luz propia en PS5, y si te gustan los juegos que te hacen pensar, explorar y vivir tu propia historia, este es tu billete a una aventura inolvidable. Ponte cómodo, afila tu espada, prepara tus hechizos, y deja que el trovador te cuente la leyenda que tú vas a escribir.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento:






