Analizamos Diamond Hands: To The Moon

Este juego es una fumada total. Diamond Hands: To The Moon no se anda con rodeos: te suelta en medio de un mundo pixelado, con un personaje que parece salido de Wall Street pero con ganas de convertirse en astronauta. ¿La misión? Llegar a la Luna. Así, sin más. No hay historia profunda, ni cinemáticas épicas. Es como si alguien dijera “¿y si hacemos un juego sobre un bro de las finanzas que salta hasta la Luna?” y lo hicieran realidad.

El juego es un plataformas en 2D, pero no te dejes engañar por lo simple que parece. Solo puedes moverte a los lados y saltar. Pero ese salto… madre mía. Es lo único que tienes, y dominarlo es como aprender a tocar el violín con los pies. Tienes que mantener el botón justo el tiempo necesario para que el salto tenga la altura perfecta. Si te pasas o te quedas corto, te vas para abajo. Y no es que caigas un poquito, no. Puedes perder TODO el progreso y volver al inicio. Es como si el juego te dijera: “¿Te creías listo? Pues toma, empieza otra vez”.

No hay enemigos, ni armas, ni habilidades especiales. Solo tú, tu paciencia y un montón de plataformas que parecen diseñadas por alguien que disfruta viendo sufrir a los jugadores. Algunas son tan pequeñas que parece que necesitas un microscopio para aterrizar bien. Otras están inclinadas y te hacen resbalar como si fueran mantequilla. Es un juego que te va a hacer gritarle a la tele, pero también te va a enganchar como si fuera droga digital.

El protagonista es un tipo trajeado, rollo “bro financiero”, que va dando saltos como si su vida dependiera de ello. No tiene nombre, ni historia personal, ni evolución. Es solo un avatar para que tú te frustres en su lugar. Pero lo que sí tiene el juego es un montón de referencias a la cultura de internet: memes, Dogecoin, GameStop, y todo ese rollo de las criptos y las acciones que se van “to the moon”. Es como si el juego fuera una parodia de Reddit hecha videojuego.

Hay diez mapas distintos, cada uno con su propio estilo y nombre gracioso: “Stock Exchange Game”, “Crayon Land”, “Dark Pool”, “Chicken Tendie Land”… y otros que los desarrolladores prefieren mantener en secreto para que te los encuentres por sorpresa. También puedes jugar en cooperativo con un colega, lo cual es una buena forma de compartir la frustración y echarte unas risas mientras los dos caen al vacío por no calcular bien un salto.

El apartado visual es pixel art básico. No esperes maravillas gráficas ni efectos de última generación. Es retro, funcional y con un toque de humor absurdo. Los fondos cambian según vas subiendo, y hay detalles que te sacan una sonrisa si pillas las referencias. El sonido… pues cumple. Música repetitiva, efectos simples. Nada que te vuele la cabeza, pero tampoco molesta.

El juego está disponible en Xbox Series XS, Xbox One, PC y Switch. Cuesta poco, así que si te va el rollo de los juegos difíciles y absurdos, es una buena inversión. Pero si eres de los que se desesperan fácil, mejor piénsalo dos veces antes de lanzarte.

En resumen: Diamond Hands: To The Moon es como ese colega que te dice “vamos a hacer algo divertido” y termina llevándote a escalar una montaña sin cuerda. Te va a hacer sufrir, pero también te va a enganchar. Es simple, directo, y con un humor que solo los que viven en internet van a entender.


Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: