Cursed New Year: el juego que convierte tu brindis en un ritual satánico con globos
Cursed New Year en PS5: el fiestón que nunca debió empezar
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¿Alguna vez has ido a felicitar el Año Nuevo y has acabado atrapado en una casa con vibes de “esto huele a ouija mal cerrada”? Pues eso es Cursed New Year. Un juego que empieza con globos y termina con trauma. Y todo en menos de una hora. Es como si David Lynch se hubiese colado en una fiesta infantil y hubiese dicho: “¿Y si esto se convierte en una pesadilla existencial?”
Aquí eres un animador (sí, de esos que hacen figuras con globos y probablemente tienen un trauma con los payasos) que va a visitar a una niña llamada Sarah. Pero en vez de serpentinas y confeti, te encuentras con una casa que parece salida de un catálogo de “lugares donde no deberías entrar jamás”. Y claro, como buen protagonista de videojuego, entras. Porque el instinto de supervivencia está sobrevalorado.
El juego está desarrollado por Станислав Клепицкий, que claramente tiene una imaginación que da miedo (en el buen sentido). Y lo distribuye Sometimes You, una distribuidora que se ha ganado fama por sacar del horno propuestas rarunas, valientes y con alma. No hacen juegos para que te relajes con un té y una mantita: hacen juegos que te sacuden, te incomodan y te dejan pensando “¿esto era arte o una pesadilla interactiva?”. Si el catálogo de Sometimes You fuera una estantería, estaría llena de títulos que no encajan en ninguna caja, y eso es justo lo que mola. Son como ese amigo que siempre te recomienda pelis que nadie ha visto pero que te marcan para siempre.
Visualmente, Cursed New Year no va a competir con los triple A, pero tiene ese encanto de peli de terror de los 2000: luces parpadeantes, pasillos que no deberían existir, y una atmósfera que te susurra al oído “algo va mal, pero no sabes qué”. El DualSense se porta bien, con vibraciones que te hacen saltar cuando menos te lo esperas. Y el sonido... uff. Hay momentos en los que el silencio pesa más que cualquier grito.
La historia es como un puzle emocional con piezas que no encajan del todo, pero que te dejan con el ceño fruncido y el corazón en la garganta. ¿Quién es Sarah? ¿Por qué esa casa parece tener vida propia? ¿Y por qué el animador no se largó en cuanto vio que no había ni una triste guirnalda? Preguntas que el juego no responde del todo, pero que te hacen pensar. Y eso mola.
Eso sí, no te encariñes mucho: el juego dura lo que un brindis. Pero lo compensa con intensidad. Es como un chupito de terror psicológico: corto, fuerte y con regusto a “necesito hablar con alguien después de esto”.
En resumen: Cursed New Year es como ese primo raro que aparece en Nochevieja con una historia que nadie pidió, pero que todos acaban escuchando con la boca abierta. Si te gustan los juegos que te sacan de tu zona de confort, que te hacen sudar sin necesidad de persecuciones, y que te dejan con la sensación de “esto ha sido raro, pero me ha gustado”, dale una oportunidad. Y si no... bueno, siempre puedes volver a los globos.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: