Snoopy & The Great Mystery Club: el único juego donde investigar es adorable

Snoopy & The Great Mystery Club es como si Agatha Christie se hubiera fusionado con una caja de cereales y un sábado por la mañana en pijama.

Este juego no te lanza a una guerra intergaláctica ni te obliga a sobrevivir con una cuchara oxidada. No. Aquí eres Snoopy, detective de vocación, con más trajes que una gala de los Oscars y una pandilla de amigos que no resolverían ni el misterio de por qué el WiFi va lento. Pero da igual, porque el juego no va de ser eficaz, va de ser adorable.

La historia arranca con un crimen atroz: ¡el cuenco de comida de Snoopy está vacío! ¿Quién se ha atrevido? ¿Un fantasma? ¿Woodstock en huelga? ¿Charlie Brown con hambre emocional? Da igual. Lo importante es que Snoopy se pone su gorrito de detective y empieza a investigar como si fuera el Sherlock Holmes del vecindario. Y lo hace con estilo: cada traje que desbloqueas te da habilidades nuevas, desde saltar más alto hasta tocar el piano como si fueras el Beethoven de los beagles.

Los misterios son más bien “misterios” entre comillas. Tipo: “¿Dónde está el cometa perdido?” o “¿Quién se llevó el bate de béisbol?” Nada que te haga sudar, pero sí lo justo para sentirte listo para resolver el caso del calcetín desaparecido en tu propia casa. Y mientras investigas, te cruzas con todos los personajes de Peanuts, que están ahí para darte pistas, jugar minijuegos o simplemente existir con su carisma de domingo por la tarde.

Los minijuegos son como si alguien hubiera dicho: “¿Y si metemos todo lo que hace feliz a un niño en una consola?” Hay carreras en cajas de jabón, juegos de memoria, fútbol, música, y hasta una persecución aérea con el Barón Rojo. Todo con tres niveles de dificultad, por si te sientes valiente o simplemente quieres ver a Snoopy tropezar con estilo.

Visualmente, el juego es una carta de amor a las tiras cómicas. Todo tiene ese aire de “dibujado a mano pero en 3D”, con colores suaves, escenarios tranquilos y una atmósfera que te dice: “relájate, aquí nadie te va a matar”. Es como jugar dentro de una taza de chocolate caliente.

Y lo mejor: no necesitas ser un genio ni tener reflejos de ninja. Solo ganas de pasarlo bien, de reírte con los diálogos, de ver a Snoopy cambiar de traje como si fuera Sailor Moon versión beagle, y de resolver misterios que probablemente no importan, pero que te hacen sentir como el detective más mono del universo.

En resumen: Snoopy & The Great Mystery Club es un juego para desconectar, para sonreír, y para recordar que a veces lo mejor que puedes hacer es ponerte un sombrero ridículo y buscar pistas con tus amigos. ¿Quieres más juegos con esta vibra de ternura y caos controlado? Tengo una lista que te va a derretir el corazón.


Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: