Collectible Cars Shop Simulator: donde cada coche cuenta una historia
Si alguna vez soñaste con tener una tienda de miniaturas que haría llorar de emoción a cualquier coleccionista empedernido, Collectible Cars Shop Simulator en PlayStation 5 es tu parque de atracciones personal. Aquí no se trata de vender coches. Se trata de vender joyas en miniatura, de convertirte en el gurú del die-cast, el Dalí de las vitrinas, el Steve Jobs de los autos de juguete.
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Desde el primer minuto, el juego te lanza a un local vacío con más potencial que un garaje de Fast & Furious. Tu misión: transformarlo en el santuario definitivo de los coches coleccionables. Y no hablamos de cualquier coche. Aquí hay modelos tan detallados que podrías jurar que tienen aceite en el motor. Cada pieza es una obra de arte: pintura metalizada, ruedas que giran con elegancia, interiores que parecen diseñados por arquitectos en miniatura. Hay Ferraris que brillan como si acabaran de salir del túnel de lavado, muscle cars que rugen con solo mirarlos, y rarezas japonesas que parecen sacadas de un anime de culto.
La jugabilidad es puro relax con toques de estrategia. Compras, vendes, negocias con clientes que tienen más exigencias que un coleccionista de vinilos, y decoras tu tienda como si fuera un museo pop. Puedes montar exposiciones temáticas, organizar carreras de miniaturas (sí, carreras, con pistas que tú diseñas), y hasta participar en subastas donde se decide el destino de piezas legendarias. Es como si The Sims se hubiera cruzado con Gran Turismo, pero con más nostalgia y menos estrés.
Y lo mejor: el juego tiene ese ritmo zen que te permite perderte durante horas entre vitrinas, etiquetas de precios y decisiones estéticas. ¿Pones la vitrina de muscle cars junto a la de clásicos europeos? ¿Le das protagonismo al Lamborghini dorado edición limitada o al buggy de los 70 con pintura psicodélica? Cada decisión cuenta, y cada coche tiene su historia, su rareza, su alma.
Visualmente, el juego es un caramelo. Los modelos están tan bien hechos que dan ganas de hacer zoom y quedarte ahí, admirando los reflejos en la carrocería. Hay algo casi terapéutico en ordenar tus estanterías, en ver cómo los clientes se emocionan al encontrar ese modelo que les recuerda a su infancia. Y cuando organizas una carrera y ves a tus miniaturas pelear por el primer puesto en una pista que parece sacada de un sueño de juguetería… bueno, ahí entiendes que este juego no va de coches. Va de emociones encapsuladas en plástico brillante.
¿Tiene defectos? Claro, como todo. Las tareas pueden volverse repetitivas si buscas acción constante, y la narrativa no es precisamente digna de un Oscar. Pero eso no importa. Porque aquí lo que brilla son los detalles, el mimo, el amor por lo coleccionable. Es un juego para saborear, para disfrutar con calma, para compartir capturas en redes con frases tipo “Aquí se venden recuerdos con ruedas”.
En definitiva, Collectible Cars Shop Simulator es una carta de amor a los fans de las miniaturas, un simulador que entiende que coleccionar no es acumular, sino curar una experiencia. Y si alguna vez soñaste con tener una tienda donde cada coche cuenta una historia, este juego te la pone en bandeja. Con neones, vitrinas, y mucho, mucho estilo.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: