Dark Atlas: Infernum – El ritual empieza cuando enciendes la consola
Dark Atlas: Infernum en PlayStation 5 no es solo un juego, es como meterte en una sesión de espiritismo con los cascos puestos y el mando temblando en tus manos. Aquí no hay espacio para el aburrimiento ni para los corazones blanditos. Esto es una experiencia que te revienta la cabeza, te revuelve el estómago y te deja preguntándote si lo que acabas de jugar era un videojuego o una invocación demoníaca con gráficos en 4K.
La historia arranca con una premisa que ya huele a incienso y a libro viejo de ocultismo: el mundo se ha ido al carajo, pero no por culpa de una invasión alienígena ni por zombis con hambre de cerebros. No, aquí el apocalipsis es más elegante, más retorcido: es una ruptura metafísica, una implosión del alma colectiva. Tú eres Natalia Asensio, Gran Maestra de una orden esotérica que intenta evitar que el universo se convierta en una pesadilla permanente. Pero claro, cuando el mundo se desmorona y los demonios internos se vuelven externos, la cosa se complica.
Y hablando de complicaciones, la jugabilidad es como una mezcla entre escape room infernal y paseo por un museo de lo macabro. No hay HUD, no hay marcadores, no hay “ve aquí y haz esto”. Hay voces que te susurran, símbolos que se mueven cuando no miras, y puzles que parecen diseñados por alguien que ha leído demasiados libros de alquimia. El sigilo es clave, porque los enemigos no son bichos normales: son manifestaciones de tus traumas, sombras con dientes, espectros que te conocen mejor que tú mismo. Algunos te persiguen, otros te observan, y todos te hacen sentir como si estuvieras en una terapia intensiva de terror.
Las armas no son armas, son herramientas rituales. Olvídate de escopetas y lanzacohetes. Aquí usas cosas como el “Espejo de la Verdad”, que te muestra lo que no quieres ver, o el “Cántico del Silencio”, que te permite pasar desapercibido entre entidades que no deberían existir. Cada objeto tiene su historia, su peso simbólico, y su forma de interactuar con el mundo. Y sí, hay momentos en los que te sientes poderoso, pero también hay otros en los que te preguntas si lo que llevas en la mano te va a salvar o a condenar.
Los personajes que te cruzas son tan raros como fascinantes. Algunos parecen salidos de una novela de Poe, otros de una pesadilla de David Lynch. Hay un tipo que habla con los muertos a través de una radio rota, una mujer que colecciona recuerdos ajenos en frascos, y una criatura que solo aparece si cierras los ojos. Cada encuentro es una mezcla de diálogo críptico, tensión narrativa y diseño visual que te deja con la mandíbula en el suelo.
Y hablando de diseño, el apartado técnico en PS5 es una maravilla de lo inquietante. No es que tenga los gráficos más punteros del mercado, pero el estilo artístico es tan potente que te mete de lleno en el ambiente. Texturas que parecen respirar, luces que se comportan como si tuvieran conciencia, y escenarios que cambian cuando no estás mirando. El sonido es otro nivel: voces que se mezclan con la música, ruidos que no sabes si vienen del juego o de tu casa, y una banda sonora que parece compuesta por un coro de almas en pena. Jugar con auriculares es obligatorio si quieres que se te erice hasta el alma.
La desarrolladora, Night Council Studio, se ha marcado un tanto con este juego. Son un estudio independiente que ha apostado por una narrativa adulta, compleja y sin concesiones. Nada de sustos baratos ni monstruos genéricos. Aquí todo tiene un significado, todo está conectado, y todo te hace sentir que estás jugando algo único. La distribuidora, Selecta Play, ha sabido mover bien el producto, dándole visibilidad y cuidando los detalles para que llegue a quienes buscan experiencias que les remuevan por dentro.
En resumen, Dark Atlas: Infernum es como meterte en una novela de terror interactiva, con una ambientación que te atrapa, una historia que te obsesiona, y una jugabilidad que te obliga a pensar, a sentir y a sufrir. No es para todos, pero si te va lo oscuro, lo simbólico y lo profundamente perturbador, este juego te va a encantar. Y si no… bueno, siempre puedes apagar la consola y fingir que no has visto nada. Aunque ya te aviso: hay cosas que, una vez vistas, no se olvidan.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento:






