Hotel Infinity: el hotel imposible que convierte tu salón en un laberinto de locura virtual

Hotel Infinity en PSVR2 (Playstation 5). Ponte las gafas, ajusta bien los mandos, y vamos a meternos de lleno en este hotel que parece sacado de un sueño psicodélico con arquitectura imposible y puzles que te hacen sudar más que una clase de zumba en Marte.

Imagínate que entras en un hotel donde las escaleras suben pero también bajan al mismo tiempo, las puertas te llevan a sitios que no existen, y los pasillos se doblan como si fueran espaguetis cocidos. Eso es Hotel Infinity, una experiencia de realidad virtual que no se parece a nada que hayas jugado antes. No hay monstruos, no hay disparos, no hay misiones con marcadores que te digan “ve aquí y haz esto”. Aquí lo que hay es confusión, asombro y una sensación constante de “¿pero qué narices está pasando?”.

La historia, si se le puede llamar así, es más bien una excusa para meterte en este laberinto de locura. No hay personajes con diálogos ni cinemáticas que te expliquen el lore. El hotel es el protagonista, y tú eres el visitante curioso que ha decidido explorar sus secretos. Cada sala tiene su propio rollo: una puede parecer una biblioteca infinita, otra un jardín flotante, y otra un pasillo que se repite como si estuvieras atrapado en un bucle temporal. Es como si el juego te dijera: “¿Te crees listo? Pues a ver si sales de esta”.

La jugabilidad es una maravilla para los que aman la inmersión total. Si tienes espacio en casa, puedes caminar de verdad por el hotel. Sí, como lo oyes: te pones las gafas, te levantas del sofá, y te conviertes en el protagonista. Nada de mover el joystick como si fueras un robot. Aquí se camina, se gira, se agacha, se explora. Y si no tienes mucho sitio, no pasa nada, que el juego tiene modos alternativos para que no te estampes contra la lámpara. Pero jugarlo con espacio es otro nivel. Te metes tanto en el papel que cuando te quitas las gafas, te cuesta volver a la realidad.

Los puzles son el corazón del juego. No son del tipo “encuentra la llave y abre la puerta”, sino más bien “descifra este patrón geométrico que desafía la lógica humana”. Algunos te hacen girar habitaciones enteras, otros te obligan a mirar desde ángulos raros, y otros simplemente te dejan con cara de “¿esto es magia o qué?”. Pero cuando los resuelves, la satisfacción es brutal. Te sientes como un genio loco que ha descifrado los secretos del universo.

En cuanto a personajes… bueno, no hay personajes como tal, pero el hotel tiene tanta personalidad que parece que te está hablando. A veces te guía, otras te trolea, y otras simplemente te deja tirado en una sala sin salida aparente. Es como tener un compañero de viaje invisible que se divierte viendo cómo te rompes la cabeza.

Los gráficos son una pasada. No buscan parecer reales, sino impresionantes. Hay salas que parecen cuadros de Dalí, otras que recuerdan a los grabados de Escher, y otras que directamente parecen diseñadas por un arquitecto con fiebre. Las texturas, las luces, los reflejos… todo está pensado para que te sientas dentro de un lugar que no debería existir, pero que está ahí, delante de tus ojos.

El sonido acompaña de forma magistral. No hay música épica ni efectos explosivos, pero cada eco, cada crujido, cada sonido ambiental está colocado con precisión quirúrgica. Te hace sentir que estás solo, que el hotel respira, que algo se mueve aunque no lo veas. Es un diseño sonoro que no te grita, pero te susurra cosas raras al oído.

La desarrolladora, Studio Chyr, se ha lucido. Ya nos sorprendieron con Manifold Garden, pero aquí han ido más allá. Han creado una experiencia que no es solo un juego, sino una obra de arte interactiva. Y la distribución corre a cargo de PlayStation, que ha apostado fuerte por este título en su catálogo de PSVR2. Se nota que han querido ofrecer algo diferente, algo que no se parece a nada que hayas jugado antes.

En resumen, Hotel Infinity es como meterte en un sueño raro, pero en el buen sentido. No es para todo el mundo, eso está claro. Si lo que buscas son tiros, explosiones y adrenalina, este no es tu hotel. Pero si te mola pensar, explorar, perderte y flipar con la arquitectura imposible, este juego te va a volar la cabeza. Ponte las gafas, entra en el hotel, y prepárate para una estancia que no olvidarás. Eso sí, no esperes que te den la llave de la habitación… aquí las reglas son otras.


Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento: