Gunsmith Simulator en PS5: desmonta, tunea y relájate como un artista del gatillo.
Gunsmith Simulator en PlayStation 5 es básicamente lo que pasa cuando mezclas un taller de armas con un spa de precisión quirúrgica. Aquí no vienes a disparar, vienes a mimar pistolas como si fueran bonsáis de acero. Es un juego que te dice: “relájate, ponte los guantes, y desmonta este rifle como si fueras el neurocirujano de las balas”.
Empiezas en un taller heredado de tu abuelo —que te deja el local con más polvo que una biblioteca cerrada desde los 80— y desde ahí te conviertes en el gurú de la grasa mecánica. Te llegan encargos de clientes que quieren que les arregles una Glock que parece haber pasado por una lavadora, o que les montes un AK-47 con más accesorios que un coche de tuning. Y tú, con tus herramientas, tus sprays, tus destornilladores y tu infinita paciencia, te pones a trabajar como si fueras el chef Michelin de las armas de fuego.
El juego tiene más de 30 armas distintas, y cada una es un puzle con alma. Puedes desmontarlas hasta el último tornillo, limpiar cada pieza como si fuera una joya, y volver a montarlas con ese gustito de “esto encaja perfecto”. Y no solo eso: puedes personalizarlas hasta que parezcan salidas de una peli de ciencia ficción. Pintura camuflaje, miras láser, culatas de diseño… si existe, lo puedes poner. Y si no existe, lo inventas con estilo.
Lo mejor es que no hay presión. No hay enemigos, no hay cronómetro, no hay nadie gritándote “¡cúbreme!”. Solo tú, tu banco de trabajo, y una escopeta que necesita amor. Es como un simulador zen, pero con pólvora. Y cuando terminas, puedes probar el arma en un campo de tiro virtual para ver cómo suena, cómo se comporta, y si el cliente va a llorar de emoción o de decepción.
La versión de PS5 va como un tiro (literalmente). Los gatillos adaptativos hacen que cada clic, cada apriete, cada disparo de prueba tenga ese puntito táctil que te mete más en el papel. Y el sonido… madre mía. Cada clic metálico, cada roce de lija, cada “clac” de montaje suena como música para los oídos de cualquier manitas digital.
Y ojo, que el juego tiene su punto de humor. A veces montas una pistola entera y te sobra una pieza. A veces pintas una escopeta de rosa fucsia solo porque sí. Y a veces el cliente te pide algo sencillo y tú te vienes arriba y le devuelves un arma que parece salida de un desfile de moda paramilitar. Pero ahí está la gracia: es tu taller, tus reglas, y tus locuras.
En resumen, Gunsmith Simulator es un vicio inesperado. No vienes por la acción, vienes por el placer de desmontar, limpiar, montar y fliparte un poco. Es relajante, es técnico, y tiene ese toque de “solo una más y me voy a dormir” que acaba en “ups, son las tres de la mañana y acabo de cromar una escopeta”. Si alguna vez soñaste con ser el mecánico de las armas sin mancharte las manos de verdad, este es tu sitio.
Disclosure: I received a free review copy of this product from https://www.keymailer.co
#gunsmithsim #keymailer
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento:





