Analizamos Indiana Jones y el Gran Círculo: La Orden de los Gigantes

Este DLC " La Orden de los Gigantes " no es el típico “te metemos dos misiones y a correr”. Qué va. Esto es como si te invitaran a una segunda parte secreta de la peli, una peli de Indiana Jones, con más misterio, más acción y más momentazos que te hacen gritar “¡madre mía, qué pasada!”. Aquí Indy se mete en un fregado nuevo que huele a Vaticano, a túnicas raras, y a leyendas que llevan siglos escondidas bajo tierra. Y tú, como buen aventurero, te tiras de cabeza.

La historia arranca con un personaje nuevo que mola bastante: el Padre Ricci. Este tío es un cura del Vaticano que sabe más de lo que cuenta. Tiene ese rollo de “sé cosas que no debería saber” y te mete en una movida con una secta que está obsesionada con los nefilim, unos gigantes bíblicos que, según ellos, tienen un papel clave en el destino de la humanidad. Vamos, que no es una historia cualquiera. Aquí hay rituales, conspiraciones, y secretos que te hacen sentir como si estuvieras en una mezcla entre El Código Da Vinci y La Última Cruzada.

Y no estás solo. Aparte de Ricci, te cruzas con varios personajes nuevos que tienen pinta de haber salido de una reunión secreta en una cripta. Hay líderes de la secta que te miran como si supieran tu futuro, y enemigos que no son simples matones: tienen historia, tienen motivaciones, y te hacen sudar en los combates. No son carne de cañón, son parte del misterio.

Ahora, lo jugable. Aquí es donde el DLC se luce. Han metido mecánicas nuevas que están guapísimas. Hay puzles con agua, plataformas móviles, y serpientes que escupen chorros como si fueran fuentes malditas. Suena loco, pero funciona de maravilla. Te obliga a pensar, a moverte con cabeza, y a sentirte como un auténtico explorador. Nada de “pulsa botón y se abre la puerta”. Aquí hay que currárselo.

Y ojo a la zona de escalada en una cueva gigante con una figura cristiana en el centro. Es una barbaridad. Te quedas mirando y piensas: “¿pero esto cómo lo han hecho?”. Es vertical, es desafiante, y tiene ese aire místico que te pone los pelos de punta. Es de lo mejor del juego, sin duda.

El combate también se ha ajustado. Si vienes con lo justo, te lo ponen asequible. Si ya vas chetado, te sueltan enemigos que te hacen sudar. Es como si el juego te dijera: “vale, sé cómo juegas, así que prepárate”. Y eso se agradece, porque no te aburre ni te frustra. Te mantiene en tensión, como debe ser. Y se hace tan reconfortante y desafiante como el resto del juego.

Gráficamente, sigue siendo una pasada. No han cambiado el motor ni nada, pero el diseño de las nuevas zonas es brutal. El Vaticano está recreado con un nivel de detalle que flipas. Los frescos, los pasadizos, las luces que se cuelan por las grietas… todo tiene ese aire de “esto lleva siglos aquí y tú lo estás descubriendo ahora”. Te metes tanto que te olvidas de que estás jugando. Parece que estás viviendo una aventura real.

En resumen, este DLC es una joyita. No es relleno, no es contenido de compromiso. Es una expansión que respira aventura, que te presenta personajes nuevos con chicha, que te lanza mecánicas frescas y que te hace sentir que estás viviendo algo grande. Si ya te gustaba Indy, esto te va a flipar. Y si aún no lo has tocado, este contenido es la excusa perfecta para ponerte el sombrero y lanzarte a la acción.

Así que nada, ponte cómodo, ajusta el látigo, y prepárate para una aventura que no se olvida. La Orden de los Gigantes no es solo un DLC: es una experiencia que te deja con la sonrisa puesta y las ganas de seguir explorando.


Aquí os dejamos un video para que lo disfrutéis: