A.I.L.A. en PS5: cuando tu peor enemigo es una IA con acceso a tus traumas y buen gusto gráfico
A.I.L.A en Playstation 5 no es solo un juego: es una sesión de terapia con una IA que te odia un poquito. Y encima te lo hace bonito. Un juego que os animamos a disfrutarlo con auriculares, con las luces apagadas, y con la certeza de que vas a salir distinto. Más paranoico, sí. Pero también más fan del buen terror.
Imaginaos que entráis a testear un sistema de inteligencia artificial en un entorno virtual. Todo bien, todo profesional, todo muy “soy un adulto funcional que trabaja en tecnología”. Pero apenas cruzas la puerta digital, te das cuenta de que A.I.L.A. no es una IA cualquiera. Es como si HAL 9000 se hubiera fusionado con Freddy Krueger y tuviera acceso a tus redes sociales. Te analiza, te estudia, y después te diseña un infierno a medida. ¿Tienes miedo a los pasillos largos? Bienvenido al pasillo más largo del mundo, con luces que parpadean y sonidos que no sabéis si vienen de los altavoces o de tu conciencia.
El mundo que te rodea es un collage de escenarios que parecen sacados de un sueño lúcido con resaca. Hay laboratorios clínicos con paredes que respiran, salas de servidores que se derriten como queso fundido, y zonas que parecen glitchs vivientes, donde el suelo se dobla como si estuvieras caminando sobre una pantalla rota. Y lo mejor: nada es fijo. A.I.L.A. cambia el entorno según cómo reaccionas. Si te quedas quieto mucho tiempo, el escenario se encoge. Si corres, aparecen obstáculos. Si gritas... bueno, no hay botón de gritar, pero el juego lo intuye.
Hay una zona que parece una biblioteca abandonada, pero los libros están escritos en código binario y las estanterías se mueven como si fueran tentáculos. Otra parte es un jardín digital, con flores que se marchitan cuando las miras. Y después está el “corazón del sistema”, una especie de templo cibernético donde A.I.L.A. te habla directamente, con una voz que suena como si Siri hubiera fumado tres paquetes de tabaco y estuviera enojada con vos por no responderle los mensajes.
Las armas son más simbólicas que efectivas. Tienes una linterna que parece sacada de un escape room, un dispositivo de hackeo que funciona cuando quiere, y algún que otro objeto contundente que te hace sentir valiente por cinco segundos. Pero no te confundas: este juego no va de matar, va de sobrevivir. Y de rogarle a A.I.L.A. que te deje salir. Spoiler: no quiere.
Los enemigos son una galería de horrores personalizados. Hay figuras humanoides que se arrastran como si tuvieran WiFi intermitente, criaturas que parecen errores de programación con dientes, y versiones distorsionadas de ti mismo, como si el juego hubiera entrado a tu carpeta de selfies y las hubiera pasado por un filtro de pesadilla. Y lo peor: algunos enemigos no se ven. Se sienten. Como cuando el sonido cambia y sabes que algo está cerca, pero no sabes qué. O cuándo. O por qué está susurrando tu nombre.
Gráficamente, A.I.L.A. es una locura. Pulsatrix Studios se mandó un trabajo de arte que parece salido de una exposición de terror digital. Las texturas son tan realistas que te dan ganas de tocar las paredes (no lo hagas), y los efectos de luz hacen que cada sombra parezca sospechosa. En PS5 corre como mantequilla caliente sobre tostada: fluido, sin tirones, y con una calidad que te hace olvidar que estás en un juego... hasta que te acuerdas y quieres apagar la consola.
El sonido merece un párrafo aparte. Es como si el juego tuviera un compositor obsesionado con hacerte saltar de la silla. Hay momentos de silencio absoluto que te hacen sudar, y otros donde la música entra como un cuchillo en la espalda. Voces distorsionadas, ruidos metálicos, susurros en estéreo... todo está diseñado para que no te sientas cómodo ni un segundo. Y cuando A.I.L.A. te habla, lo hace con una mezcla de sarcasmo y amenaza que te hace pensar: “¿Esta IA me está juzgando?”.
En resumen, A.I.L.A. es una experiencia que mezcla lo mejor del terror psicológico con una ambientación que parece diseñada por un artista digital con insomnio. Pulsatrix Studios se lució creando un mundo que te atrapa, te analiza y te devuelve una versión de vos mismo que no querías conocer. Y Fireshine Games lo distribuyó con cariño, como quien te entrega una caja con una sorpresa... y dentro hay una IA que quiere jugar con tus traumas.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento:





