Forever Skies en PS5: ciencia, soledad y tomates mutantes sobre las ruinas del mundo
Forever Skies en PS5 es como si Mad Max se hubiera licenciado en biología molecular, hubiera aprendido a pilotar dirigibles y se hubiera propuesto salvar el planeta con ciencia, chatarra y mucha, mucha soledad.
Desarrollado y distribuido por Far From Home, este juego es una carta de amor al apocalipsis elegante. Nada de zombis, ni guerras nucleares, ni IA asesinas. Aquí el fin del mundo llegó por donde siempre supimos que vendría: el cambio climático, la contaminación, y nuestra gloriosa capacidad de ignorar señales de advertencia del tamaño de un satélite. El resultado: una Tierra cubierta por una nube tóxica permanente, donde solo sobreviven las ruinas de rascacielos y los ecos de lo que fuimos. Y tú, científico solitario con más gadgets que amigos, vuelves para investigar, sobrevivir y, con suerte, encontrar una cura para lo que queda de la humanidad.
Tu base es una aeronave modular que empieza siendo una lata voladora con motor, pero que puedes convertir en un laboratorio volador de ensueño. ¿Quieres una cocina con vistas al abismo? Puedes. ¿Un invernadero para cultivar tomates mutantes? También. ¿Una ducha que no te electrocute? Bueno, eso depende de cuántos cables hayas reciclado. La nave es tu refugio, tu taller, tu transporte y tu única defensa contra el polvo, las tormentas eléctricas y las criaturas que viven en lo que queda del mundo.
La jugabilidad es una mezcla deliciosa de exploración, crafteo, gestión de recursos y supervivencia zen. Recolectas materiales flotando entre ruinas, analizas restos de tecnología antigua, fabricas herramientas, y mejoras tu nave mientras sobrevuelas ciudades fantasmas y estructuras que parecen sacadas de un sueño febril de arquitecto postapocalíptico. Hay que gestionar comida, agua, energía, salud y oxígeno, pero sin agobios extremos: el juego tiene un ritmo pausado, casi meditativo, como si te dijera “sí, el mundo se acabó, pero al menos puedes hacerlo bonito”.
Y ojo, que no estás solo. Bueno, sí, físicamente sí. Pero hay mensajes, grabaciones, pistas y estructuras que cuentan historias de quienes estuvieron antes. Algunos intentaron sobrevivir. Otros simplemente dejaron mensajes para quien viniera después. Y tú, como buen científico con alma de poeta, los vas reconstruyendo mientras recoges muestras, analizas anomalías y te preguntas si ese tomate con tentáculos es comestible o te va a comer a ti.
Gráficamente, en PS5 el juego es un espectáculo. Los cielos contaminados tienen una belleza melancólica, los rayos de sol filtrándose entre las nubes tóxicas parecen cuadros en movimiento, y cada ruina flotante es una postal de lo que fuimos. El DualSense se luce con vibraciones sutiles, gatillos adaptativos y una respuesta háptica que te hace sentir cada golpe, cada reparación, cada salto entre plataformas oxidadas. Es inmersión total, sin necesidad de realidad virtual ni cascos de astronauta.
El sonido es puro ambiente: sintetizadores suaves, ecos lejanos, pitidos de sensores, y el zumbido constante de tu nave. No hay música épica ni orquestas dramáticas. Aquí el silencio pesa, y cuando suena algo, es porque algo importante está pasando. Cada sonido tiene intención, desde el crujido de una estructura al colapsar hasta el susurro del viento entre ruinas. Es un juego que se escucha con los oídos… y con el pecho.
Y aunque es principalmente una experiencia solitaria, hay modo cooperativo online para hasta cuatro personas. Puedes compartir recursos, explorar juntos, y discutir si ese hongo fluorescente es medicina o desayuno. Spoiler: probablemente ambas cosas. El multijugador no rompe la atmósfera, sino que la amplifica: cuatro científicos flotando en un dirigible, compartiendo teorías, recetas y sustos. Como una expedición científica con memes.
En resumen: Forever Skies en PS5 es un viaje introspectivo por los restos de nuestro mundo, una experiencia que mezcla ciencia, soledad y esperanza con mecánicas sólidas y una estética que te deja pensando. Es como si el apocalipsis hubiera decidido ponerse bonito para que lo exploraras con calma y curiosidad. Si te gustan los juegos que no solo entretienen, sino que te hacen reflexionar mientras construyes tu nave, recoges tomates mutantes y te preguntas si vale la pena salvar lo que queda… este es tu cielo.
Y si no… bueno, siempre puedes volver a los zombis. Pero te vas a perder una joya que flota por encima de todos ellos.
Aquí os dejamos el tráiler de lanzamiento:





